Hoy anduve de un rancho a otro (academically speaking), así que la noticia (ya temida) de la muerte de Andrés/Andrew Blanco aka Blanquito Man me siguió por todo el freeway de Los Ángeles a San Diego y de vuelta.
Esto de vivir es un mero momento de luz y ritmo que compartimos con quien nos toca ser nuestras/os contemporáneos.
Hace 21 años(1996) andaba de chismoso y me tocó grabar este jam en el sótano de la ex cárcel de Lincoln Heights al que le entraron miembros de Los Olvidados, además de dos grupos en aquel tiempo imberbes, pero que vendrían a darle presencia mundial a la latinidad que emana de las urbes norteamericanas: Ozomatli (LA) & King Changó (NYC). Años antes de las ya muy sobadas olas y crossover latinos, estos grupos se aventuraron a compartir su música sinfín de rincones del planeta. Y lo más importante, afirmar la riqueza de las diásporas latinoamericanas en EEUU.
King Changó es tan neoyorkino como latino. Tan metropolitano como global. Durante una década King Changó fueron nuestros embajadores aquí y allá.
En este inolvidable palomazo es claro que quien llevaba la batuta era Blanquito Man,y esto aún cuando todavía estaban por llegar las cientos de presentaciones por el mundo. El siguiente verano, me les pegué en los Pirineus de Catalunya en su primer tour Europeo y como andaba de mochilero se compadecieron de mí en su concierto de Barcelona, donde me pasaron a su camerino y compartieron de tu catering. A los cinco años tuve la suerte de armar una tocada con King Changó en El Roxy. Fue de las más memorables.
Según yo tengo como 15 minutos de video grabado de este jam, pero aquí está un segmento que comparto para recordar la energía y el legado de Blanquito Man.
—@implacable
#KingChango #blanquitoman